Con la cabeza en Marte
pero aun los pies en tierra,
la puerta ya cerrada
y una mirada por la ventana.
El alma ansiosa
en una noche estrellada,
el corazón en silencio
pero lleno de esperanza.
Cada amanecer
una mirada a su fotografía,
anhelando su compañía,
el alma desnuda sin mas duda.
Se sienta en la orilla,
observa el ocaso
y elude la soledad,
busca en la memoria
un rostro conocido,
el mismo que recorrió
con los ojos abiertos,
con los ojos cerrados, con el tacto.
Los ojos cerrados,
en el viento su aroma,
en las olas su voz,
en la briosa sus labios
sus besos.
En la arena sus pasos
que lentamente se acercan,
se alejan.
Con la cabeza en Marte
y aun los pies en tierra.
Brezza 22/marzo/2009
pero aun los pies en tierra,
la puerta ya cerrada
y una mirada por la ventana.
El alma ansiosa
en una noche estrellada,
el corazón en silencio
pero lleno de esperanza.
Cada amanecer
una mirada a su fotografía,
anhelando su compañía,
el alma desnuda sin mas duda.
Se sienta en la orilla,
observa el ocaso
y elude la soledad,
busca en la memoria
un rostro conocido,
el mismo que recorrió
con los ojos abiertos,
con los ojos cerrados, con el tacto.
Los ojos cerrados,
en el viento su aroma,
en las olas su voz,
en la briosa sus labios
sus besos.
En la arena sus pasos
que lentamente se acercan,
se alejan.
Con la cabeza en Marte
y aun los pies en tierra.
Brezza 22/marzo/2009
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