Esta es la primera vez que tomo la pluma y el papel en lo que va del nuevo año. Escribo con mi mano izquierda, porque la derecha está rota, es muy difícil porque no soy zurda, pero ya no puedo ser indiferente a mis ganas de escribir en el papel. Miro en mi habitación esa pintura sin terminar, no cuando podré tomar de nuevo el pincel para continuar. Brotan lágrimas de mis ojos… si, me duele tanto el brazo, siento miles de agujas que me punzan hasta los huesos, siento como si tiraran fuerte a ambos extremos de mis brazos y me arrancaran los dedos. No sé cuando me voy a recuperar, y ante la frustración de solo poder usar la torpe zurda escribo estas disparejas líneas en papel reciclado. Lamento no ser ambidiestra o al menos zurda para poder defenderme con las pequeñeces diarias, o poder distraer mi dolor terminado mi pintura. Y ahora sin mas remedio debo aprender a manejar la mano izquierda y delegarle funciones que hasta hace una semana solo realizaba la derecha. ...