Parece ser una mañana normal...
bostezando y respirando lento,
tecleando,
cantando,
alucinando,
saboreando arequipe
sin importarme que sean las 6 de la mañana.
Observo caras de cansancio
que solo dicen: -la universidad me está matando-.
El fuerte frío de mayo
que nos encoge bajo nuestros abrigos
y nos obliga cada mañana
a pedir 5 minutitos mas en la cama.
El aroma a café fresco,
y las arepitas con queso...
las palomas buscando migajas por ahí
entre la gente que corre apresurada
para llegar a tiempo a la escuela o a la oficina.
Yo camino lento,
observo,
no me importa el tiempo,
sueño,
suspiro y rio de algún recuerdo,
mientras mi cabello es acariciado por el viento.
Llego a la universidad sin prisa
acaricio el perro de la esquina,
entro a la cafetería del frente
y saludo a la Veci, la amable señora
que cada mañana nos recibe con una gran sonrisa.
Un hola al perro negro
que se sienta en la entrada y me mira con dulzura,
le regalo un trozo de pastel, acaricio su cabesita
tomo algo caliente,
y así comienza mi día:
tranquilo,
sin afanes,
con cosas sencillas,
un frío viento,
una suave brisa,
tibios recuerdos
y picaras sonrisas.
Brezza
bostezando y respirando lento,
tecleando,
cantando,
alucinando,
saboreando arequipe
sin importarme que sean las 6 de la mañana.
Observo caras de cansancio
que solo dicen: -la universidad me está matando-.
El fuerte frío de mayo
que nos encoge bajo nuestros abrigos
y nos obliga cada mañana
a pedir 5 minutitos mas en la cama.
El aroma a café fresco,
y las arepitas con queso...
las palomas buscando migajas por ahí
entre la gente que corre apresurada
para llegar a tiempo a la escuela o a la oficina.
Yo camino lento,
observo,
no me importa el tiempo,
sueño,
suspiro y rio de algún recuerdo,
mientras mi cabello es acariciado por el viento.
Llego a la universidad sin prisa
acaricio el perro de la esquina,
entro a la cafetería del frente
y saludo a la Veci, la amable señora
que cada mañana nos recibe con una gran sonrisa.
Un hola al perro negro
que se sienta en la entrada y me mira con dulzura,
le regalo un trozo de pastel, acaricio su cabesita
tomo algo caliente,
y así comienza mi día:
tranquilo,
sin afanes,
con cosas sencillas,
un frío viento,
una suave brisa,
tibios recuerdos
y picaras sonrisas.
Brezza
Buen día...un saludo!
ResponderEliminarExquisita entrada
ResponderEliminarSaludos
Excelente texto, me gusta como escribís. Gracias
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